viernes, 26 de octubre de 2012

Cómo ver Netflix de EEUU en Guatemala (PC)

Sí, sí, yo sé que mi blogcito no son de esos blogs tecnológicos y seguramente esto lo pueden encontrar en YouTube, pero aún así, voy a tratar de compartir mi poco conocimiento para que puedan ver más y mejores  series y licas como Arrested Development, Expendables y un montón más.

Primero, hacen clic en Inicio y escriben 'ejecutar' o 'run' si lo tienen en inglés. Una vez abierto run escriben "ncpa.cpl" (sin comillas)
Inicio > run > ncpa.cpl

Abren eso y le dan clic derecho donde tengan su conexión, en mi caso es wi-fi.

Abren las propiedades y les va a apareces este cuadrito


Le dan doble clic donde dice Internet Protocol Version 4 y les va a abrir otro cuadrito para cambiar la DNS


Seleccionan donde dice "Use the following DNS server adresses". No sé como dice en español. y le ponen los valores que tengo ahí:
184.82.255.2
199.157.30.144

Si no logran entrar a Internet, 'restarteen' su compu y en teoría debería funcionar. Si abren Netflix con el nuevo DNS, segurián entrando el Netflix latinoamérica.
Ahora, lo que hay que hacer, es cambiar la ip, para tener una ip y un DNS gringo. Para esto, hay que bajar un programa que se llama Hotspot Shield que lo pueden encontrar en su página http://www.hotspotshield.com/ Si cargan varas compren el premium sino, el gratis como todos los mortales. Lo malo del gratis son unos headers inmenos cada vez que uno abre una nueva página, por lo demás todo nítido.

Una vez instalado el Hotspot Shield, comprueben su ip ingresando a http://whatismyipaddress.com/
Supuestamente yo ando en California (ojalá)


Después van al Netflix y ya les debería aparecer el gringo:


miércoles, 24 de octubre de 2012

A bajas espectativas, grandes sorpresas

A pesar de estar quebrado y con la excusa que me prestaran unos cables para cargar la batería de mi carro  que de la nada murió, llamé a mis aleros para armar algo tranquilo, de preferencia en mi casa para no gastar tanto.

Después de darle vueltas al asunto sobre qué comprar o a dónde ir, terminamos yendo al Centro, como siempre. Salí sin bañarme y sin pasar al cajero, después de todo, solo íbamos a estar un rato y nadie creía que fuese a ser una noche como la que fue. 

- ¿Ya saben qué van a pedir? -nos preguntó la mesera-
- Bueno, ¿qué compramos?
- Si queres un par de litros, así tranquilo
- Eh... Traenos 2 de Cabro

Casi no había nadie a la hora que llegamos, lo que me dio la ventaja de ver a la nueva mesera que me pareció de lo más linda y más aún después de los primeros 3 litros compartidos. Estaba tomando y comiendo(me a la mesera) hasta que como buen ebrio,  en frente de los demás, propuse que iba a conseguir su número. Mis aleros no dudaron en insistirme en que lo hiciera o en llamarme hueco si no lo hacía.

Creamos una estrategia. Yo ordenaría más y más alcohol, lo suficiente como para perder la vergüenza y pedirle su número. Hasta hoy, cada vez que lo pienso me saca una sonrisa de lado pues nunca he sido de esas personas que no tienen inseguridad corriendo por sus venas. Parte del plan, era verme como alguien sofisticado que puede comprar grandes cantidades de alcohol para sus amigos sin escatimar gastos, sabiendo que el dinero con que lo iba a comprar no era exactamente mío. En mi mente me miraba cool as fuck.

Llegó la mesera desconocida con otros 2 octavos de rosa de jamaica y nos preguntó si necesitábamos algo más. Esta fue mi oportunidad.

- Sí, necesito tu número
- ¿Por qué?
- ¿Por qué no?

No dijo nada.

Estaba todo preparado. Tenía una tarjeta de presentación de un abogado o algo así, que sirvió como lienzo para que pintara su número.
Con el mismo lapicero con el que había firmado los últimos 3 vouchers, escribió su número. Se tomó su tiempo, todos en la mesa estábamos absortos, sosteniendo nuestros tragos a media altura, viendo como "Maru" escribía su nombre y su número en la amarillenta tarjeta que guardé rápida y celosamente en mi billetera como si fuera un billete de a 200.

Para celebrar, pedí otros 2 litros y otro octavo. No todos los días logro hazañas tan extraordinarias como conseguir un número de una desconocida.

10 minutos después estaba besándome con una extraña que estaba en la otra mesa. Creo que fue suerte por no haberme bañado ese día. 

martes, 23 de octubre de 2012

Por eso ha de ser que los caballeros dicen no tener memoria

"fuck, al fin me la di" -pensé mientras miraba fijamente si ponerle atención al archivo de Illustrator en la iMac. Me tapé mi sonrisa de lado con mi mano izquiera para que nadie en la oficina se diera cuenta-

Ojalá haya segunda vez. Tiene que haber segunda vez. ¿Qué estará haciendo? Debería whatsappearla. Talvez se quedó tan picada como yo... Naah, no creo. Bueno, saber porque en el segundo round si gritó bastante. Gritaba como entre cortado por su respiración agitada... ¿Se podría tener sexo con la boca cerrada? Sho igual, podría estar fingiendo, pero sho, estuvo bueno, me lo merecía totalmente. No, mejor no le hablo, ha de estar trabajando en serio, no como yo que me la pelo. fuck... ¿Qué habré hecho para convencerla de hacerlo conmigo? Si se puede una vez, se puede 2 veces.

Pero esta vez no voy a ser mula, me voy a entrenar como Rocky para durar mínimo unos mis 14 minutos...  Más foreplay, claro. Pero no con mierdas bizarras y fucked upeadas como efukt y pornotenango, sino con mierdas buenas, como los videos largos de Xvideos y YouPorn, de esos que tienen 96%. Tengo que poder. ¿Será que vamos a intentar con todo y posiciones? ¿Cómo la persuado para que lo hagamos de lado, así con la pierna levantada y agarrándole una chiche? Bueno, con que se deje otra vez, suficiente. Que se vuelva a montar sobre mi y que me pase las uñas sobre el pecho, que me haga lo que quiera, pero que haya segunda vez, hasta con 10 rounds si quiere. Voy a probar esos condones con acción retardante.

Seguramente cualquiera se la puede chimar... Al final, si yo pude, todos pueden, aunque, aún así aceptó irse conmigo a pesar que varios tipos bien vestidos se le acercaron a hablar. Tal vez no soy tan feo, tan mula o tan pobre después de todo. Lo importante es volverla a convencer y puede ser que la segunda vez sea aún mejor... Algo así como los besos, al principio eran solo topones y ahora de sólo pensarlos me ponen horny. Soy un horny, pero más cuando me agarra su mano para que la meta debajo de su blusa. Aunque podría ser que haya estado bien a verga también. Menos mal nadie vomitó.  Menos mal que si se quedó parada...

¿Será que se enoja si de una vez meto mi mano en sus pantalones cuando nos estamos besando? Saber si podría cumplir sus fantasías. A lo mejor también quiere un trío, con su vecina, puta madre... Vendría antes de empezar, creo. 

brrrr brrrr
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Laura*_*

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Laura*_*: hola nene no fui a trabajar q tngas lindo dia :* 
Laura*_*: t mando algo para q pienses en mi
(foto)

- Buenos días
(puta, el jefe, cerrar cerrar cerrar cerrar)
Casi a coro la secretaria y yo le devolvimos el buenos días al jefe.
- Speedy, por favor pasá a mi oficina ahorita de una vez porque ya me tengo que ir. Tengo que enseñarte lo que quieren los clientes que te había contado.

Y yo con una carpa de circo en mis pantalones. 

lunes, 22 de octubre de 2012

"Ala que indio"

Nos insultamos de "indio" y nos enorgullece la cultura Maya. Odiamos a los mexicanos, copiamos a los gringos, opinamos sin saber qué putas está pasando y concluimos que "la gente" es una mierda y por eso Guate está como está.

martes, 16 de octubre de 2012

La boda

"Que te pele la verga mano, estás en Villa Nueva, la gente ha visto cosas peores". Esa era la realidad y no podía hacer nada para cambiarla o maquillarla. No había soundtrack emotivo, ni señoras llorando, ni ese aire denso y eléctrico que la noche carga cuando va a pasar algo realmente grande o significativo y aunque sí lo fue, no lo fue para mi.

Escuchaba las palabras de una abogada que insistía en pronunciar "cónyugue" y no cónyuge (sin énfasis en la "je"), meintras leía los mensajes bíbilicos de las paredes de un colegio en el centro de Villa Nueva y tomaba de la alargada lata de cerveza y sentía que algo no estaba bien... Más bien, no sentía mucho. Algo diferente a ese sentimiento que se supone que se debe sentir cuando un amigo cercano está a menos de 2 metros, contrayendo matrimonio con su segunda novia quien tiene en lista de espera a un bebé, entretanto mis amigos y yo, sentados en sillas plásticas al rededor de una mesa cuadrada con mantel blanco, fumábamos los últimos cigarros y dábamos grandes sorbos de cerveza que recién acabábamos de comprar en la tienda de la esquina y nos veíamos los unos a los otros sin poder hacer más que aceptar la realidad ajena, la realidad sin maquillar de Villa Nueva. Estaba pasando, era real, y por suerte... No era yo.

Casi al final de las palabras de la abogada, sentí el mismo escalofrío que siento cuando termino de orinar después de haberme contenido por mucho tiempo. El relámpago del escalofrío hizo el mismo recorrido, como cuando escurren las últimas gotas, desde mis hombros hasta las rodillas y de regreso, dejándome una  pequeña agitación en el corazón para recordarme el placer que ofrecen las cosas sencillas... Como  sostener una lata bien fría en una mano y sentir el tibio humo que se desprende rápidamente en espirales aleatorios del cigarro en la otra mano, sabiendo que la vida (MI VIDA) no tiene las mismas curvas de emoción y excitación como la de el personaje de una serie de TV — Hank Moody, Walter White, Christian Troy, Dexter Morgan o Barney Stinson— pero sabiendo aún así que sigue siendo demasiado buena o quizás demasiado mala. Dependerá del primsa con que lo vea.

Había un mensaje pesado  en la pared que no podía dejar de leer << Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud >> Me chocaba a la vista. Me molestó leer la palabra juventud porque me hizo entrar en uno de los tantos conflictos internos, en el que sabía -sé- que casarse a los 20 años sin tener trabajo ni haber terminado la U, con un bebé en camino no es algo que yo alguna vez haya soñado, pero tampoco creo que sea capaz de afrontarlo y aceptarlo, al mismo tiempo, sabía que no estar en esa situación, tampoco me hacía ser mejor persona, y aún teniendo grandes cuotas de libertad, media semilla de talento y algunas comodidades no he empezado a hacer ni la más mínima fracción de lo que mis héroes de la TV han hecho. No tengo las agallas o las ganas de hacerlo, porque lo único que sé hacer perfectamente bien imaginar, huir y evitar. 

Son esos choques eléctricos existenciales que llegan en el momento menos esperado. Ya no había cerveza ni cigarros. Me sentí agobiado. Me despedí de mi amigo, de su esposa y de algunos invitados. Me subí rápidamente al carro, puse el disco de Led Zeppelin y olvidé el asunto, huí e imaginé el resto de la boda. No he hablado con mi amigo desde entonces.

viernes, 5 de octubre de 2012

La chamusca

A mis células no les gusta vomitar pequeñas cantidades de sudor después de intensas chamuscas sobre el rajado concreto en una colonia afuera de la ciudad. Escenario donde grandes personajes intrascendentales (incluyéndome) a quienes llamo con bastante afecto mis amigos, compañeros de equipo y más importante: aleros de borracheras y chingaderas se unen con el propósito de echar o evitar goles.

Hace tiempo tuve la epifanía que para entender las cosas hay que vivirlas, jugar una chamusca me hizo acordarme de esta epifania. Tiene lógica, pero más importante e increíble, es ver como en un campito todos estamos por la misma razón, sin importar que algunos estén desempleados, sean casi alcohólicos, piensen en casarse, estén a punto de ser papás sin planearlo, sufran en silecio por alguna mujer que no les da nada o ser un idealista que sueña con una vida bohemia. 

No importa. Diría que son los mejores 90 minutos corridos de mi semana, si tan solo aguantáramos 90 minutos. Es la mejor media hora seguida de mi semana que no tenga que ver con porno, sexo, alcohol o perder el tiempo en Internet. 

Los deportes y yo somos como whisky con 7-Up, se mezclan, se llevan bien, pero a la vista de los demás es algo extraño, casi de mal gusto. No importa, me gusta el mezclar el whisky con 7-Up, al final lo importante es el efecto y el efecto de la chamusca es la diversión.

Está demás mencionar mi look de delantero argentino en la época dorada de los cabellos largos y alborotados. Lo complemento con una banda típica al rededor de mi cabeza, no solo para verme más cool, sino para no distraerme siendo el mejor mediocampista que Villa Nueva haya visto. 

La chamusca es la droga legal y sana que todos buscamos a última hora del domingo para limpiar el organismo de tanto alcohol y de los problemas cotidianos, sin importar cuales sean. Me encantaría que mi desempeño en el fút fuera como en la cama cuando estoy durmiendo, puede ser por hasta 12 horas seguidas, no como cuando estoy intentando ser una sex-machine -puede ser hasta 12 segundos-. 

Pero otra vez, NO IMPORTA, porque cuando estoy en la cancha no hay tiempo para pensar en el dinero, ni en el (des)amor, el éxito o el fracaso, sólo en JUGAR por amor a la evasión de la realidad.