"Casi lloro cuando España perdió, pues"
(¿Cuánto me importa a mí?)
(¿Cuánto me importa a mí?)
Todo trasncurría como de costumbre, hasta que llegó con sus horribles, molestos ruidos y sus colores.
Ya todos sabíamos, lo veíamos venir desde la última vez que apareció en nuestros rectanguiltos ahora anoréxicos y no gorditos como los de antes.
Mercadeo se ha encargado de hacernos creer que eso nos va a acercar millones de kilómetros.
Alguna vez se fue, pero ha llegado para quedarse y con más fuerza. Todavía está empezando y ya sabemos dónde va a terminar la próxima vez, como un borracho.
La ciudad se hunde, se pudre y el país se muere, pero el mundo se detiene.
El planeta agoniza y la única esfera que nos interesa es la de fút.
Todo sigue colapsando pero mientras podamos gritar "gol" (con la 'O' extendida) en un restaurante con ofertas u otro lugar descuentos promocionales todo está bien.
"Ya sho, no seas gay y chupa"
(Cerveza gratis no es mala)
(Cerveza gratis no es mala)
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