miércoles, 7 de enero de 2015

"Sleepers": millonarios en ropa de donde los chinos




This is conutry's a joke man. See? Phoney money, PHONEY MONEY!
Agarró el billete de más alta y baja denominación, lo hizo un puñito y los lanzó sobre la mesa en forma de pelota. Poco a poco se fueron abriendo, como una flor deforme, sin regresar por completo a su estado original.

Con esos 201 quetzales podría echarle gasolina al carro e ir a La Antigua — Pensé — claro, no lo dije. No dije nada...  Solo vi a mi compañero sentado a la par mía con cara de mula. No quería verme como un pobretón casi asalariado enfrente de 2 árabes que me estaban invitando a comer en uno de los restaurantes más tip-tops de Cayalá. El tema rápidamente evolucionó a los condimentos de la comida árabe y la diferencia de picante que nos zampamos en estas tierras para adormecer la lengua y no sentirle sabor tan feo a la comida y los que se meten allá.

Y, a pesar de dejar 201 quetzalitos de propina y pagar medio salario mínimo en una sentada, puedo afirmar que  esas personas son personas espectaculares, comprensivas, leídas, viajadas y sobre todo humildes. Creo que el dinero en sus bolsillo funcionan como anclas para mantener los pies pegados a la tierra.



Yo personalmente he tenido "reality checks". Como la vez que compré un iPhone4 apenas 1 mes después que viniera a Guatemala. Al día siguiente fui a La Estancia. Estaba en mi salsa. Llegó el mesero con la cuenta y saqué mi tarjeta del bolsillo de mi camisa a botones. Mientras cobraba en el POS yo jugaba Doodle Jump en mi nuevo iPhone4. No sé a quien intentaba presumir, pero lo estaba haciendo.
"Disculpe joven, no pude evitar ver que estaba jugando ese jueguito y me llamó la atención ¿cómo se llama? Es que lo quiero bajar en mi iPhone también, a mí hija le gusta jugar pero yo no sé mucho como manejarlo" 

Contrario a las personas que tienen dinero, en verdad MUCHO dinero, hay personas con un salario decente que flotan en las mieles de pequeñas grandezas porque no conocen nada mejor. Claro, hay quienes con mucho, muchísimo dinero se les llena la boca habladon de helicópteros, mansiones en Atitlán y Ferraris únicos, pero no voy a hablar de ellos porque los detesto. Me llegan todos aquellos majes de barandas que son humildes. Aquellos que no podrías saber a ciencia cierta si son igual de pelado que vos o si hace 3 días estaban viajando en Ámsterdam [y sin presumir de ello].

Ellos son los que yo considero "sleepers", igual que los carros. Personas con gran personalidad, gran humildad y una gran cuenta en el banco, pero que por afuera son igual de ordinarios que un caminante de pasarela en El Trébol. 

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