sábado, 26 de noviembre de 2011

Es increíble ver como todos los días estamos rodeado de gente estúpida que cree ser superior sus semejantes sólo por tener un cartón que los acredita como lics, licdas, ings, ingras, arqs y arqas. No son todas las personas, pero me atrevería a decir que en al menos un 80% de las oficinas hay al menos alguien así. Es parte del inventario o inmobiliario, casi un requisito para ser contratado.


No está del todo mal que se sientan así, al final en un país tan 'hanalfabeto' donde sólo un pequeño porcentaje tiene título universitario, tiene sentido sentirse así.

Lo que me parece increíblemente mal, es que no acepten sus errores, que crean que saben todo sólo por tener más estudios que las demás personas, pero siguen siendo unos ignorantes que lo único que saben es hablar de más.

Como alguien no profesional, soy empático, me pongo en los zapatos del quien sí lo es y pienso que ha de ser difícil oír consejos y sugerencias de alguien inferior académicamente después de pasar tantos años trabados en la U. Creo que los que más alardean de su título son los que pasaron al menos una década para conseguir su título.

Pero bueno, no es tan malo como aquellas personas, que dicen ser profesionales y que el mayor título que tienen es el de bachillerato, en el mejor de los casos. Por si fuera poco, todavía tienen la osadía de firmar documentos anteponiendo un título profesional a su nombre y apellido, creyendo ser exitosos sin ver que afuera hay personas que no pasan de sexto primaria pero ahora son grandes empresarios que  comercializan con frutas, verduras y hortalizas, tienen una empresa de transporte o cualquier otra cosa, sin embargo no se les llena la boca diciendo títulos extensos del puesto que desempeñan, así como "asistente financiero de CEO en la gerencia Junior de la divisón de márketing regional" o "Consultor técnico de los procesos administrativos del área de RRHH" y que resulta ser un trabajo ordinario como secretaria o el que archiva y le pone sellos a los documentos.

Si algo debe reclamarnos la clase obrera, creo que sería eso. El tener gente inútil llenando espacios detrás de los escritorios, ganando jugosos sueldos y salarios por hacer algo que no tienen ni idea de que es lo que hacen, comparado con las horas de esfuerzo y la poca remuneración, cortando la grama, pintando las casas, pintando banquetas, haciendo chapuces eléctricos y demás trabajos pesados.

La diferencia es que ellos no son profesionales y si bien no son expertos, generalmente son humildes, llevaderos y se esfuerzan en lo que hacen, aunque algunas veces creamos que son unos ignorantes, como pasa con los guardias de seguridad. Por muchos detestemos a estas pseudo-figuras de autoridad no creo que sepamos lo que es hacer su trabajo. Ya quisiera verme a mi, estar parado por 12 horas o más pasando hambre, frío, calor y sueño mientras sostengo una escopeta que apenas puedo disparar mientras le tengo que abrir la talanquera o puerta a personas desconocidas.

O pasar 3 días cortando un jardín que es al menos unas 5 veces más grande que mi casa de sector marginal donde vivo con mi esposa y 3 hijos. O estar afuera de una discoteca trabajando de noche como vendedor de cigarros, chicles y galletas mientras adentro hay un grupo de personas que tienen la dicha de estar tirando el dinero en emborracharse.

Al final la cuestión es no hablar de más, aceptar que somos humanos y que una idea genial puede venir de un gerente como de un ayudante de camioneta (porque SOMOS humanos). Si la cagamos, al menos decir "sí, la cagué" y si podemos, corregir nuestros errores. De nada nos sirve vernos como grandes profesionales, lo seamos o no, si resultamos siendo una escoria de personas; y si llegamos a ser unas escorias de personas que no podemos ver cuan escoria somos, al menos, estar agradecidos por la suerte que tenemos de estar detrás de un escritorio haciendo algo que no tenemos ni idea de que es ganando un jugoso salario comparado con la gente que se rompe el lomo para mantener las desigualdades que estructuran este país y que amamos, por que somos nosotros quienes las gozan, no quienes las viven.




sábado, 19 de noviembre de 2011

En el país de ciegos el tuerto es el rey

Por azares del destino y cuello había llegado a una oficina donde era el único hombre entre 22 mujeres. Alguien más hubiera estado encantado y brincando de felicidad, pero a él no le emocionaba tanto, no porque no le gustaran las mujeres, sino porque lo que a él le importaba era dejar de mendigar dinero a sus padres para poder pre-ordenar y comprar juegos de Play (Station) y tener algo de dinero para comprar algo de afghani o una buena purple.

Amaba las mujeres que veía en Redtube y Youporn a pesar que sabía que eran actrices que les encantaba el sexo.
Nunca le faltó el dinero, de una u otra forma su billetera estaba asegurada por unos cuantos billetes de todos colores y un par de tarjetas plásticas para poder comer en cualquier restaurante de comida rápida que quisiera.

Definitivamente era alguien que se le notaba de ver lo 'raro'. Su gusto por el rock pesado, su decoración del escritorio con figuras de cómics y sus horas de almuerzo jugando WoW algunos días, asustaban a sus compañeras aunque al mismo tiempo, les atraía.
Quizás porque era diferente a todos los hombres que ellas llamaban patanes, como con los que habían tenido relación de algún tipo.

Había algo en él que lo hacía misterioso y atractivo para ellas.
Así fue como un día,  la Michelle, una de sus compañeras, se acercó a él durante la hora de almuerzo y le preguntó si tenía algo para llenar la bullet que tenía en el carro.

Con el tenedor a la altura de la boca, tartamudeó y preguntó "¿qué?"
Ella le sonrió mientras bajaba la vista y se pasaba el pelo atrás de la oreja, se acercó un poco y le preguntó en voz baja si tenía mota, marihuana, dui, como él quisiera llamarla.
El dijo no saber de lo que estaba hablando pero ella se rió fuertemente diciéndole que hasta su sudadero negro con rayas blancas olian a mota, y por si fuera poco, le hizo la oferta de fumarla en su apartamento si él quería. "No te preocupés, vivo sola" -dijo ella-
Inmediatamente después se levantó y se fue contoneándose cuscamente en ese apretado conjunto de falda y medias oficinezcas.

Aceptó su invitación y ese mismo día cambió su horario rutinario de "FAP", hierba y partidas multiplayer por 4 horas de sexo intenso, tosco y primerizo -para él-. Así pasaron meses y meses. Él seguía sin almorzar en su tiempo de almuerzo, sólo que ahora no era para jugar WoW sino para tener media hora de sexo a escondidas en el parqueo de un Centro Comercial cercano.

Un día, mientras él trabajaba en sus asuntos, oye una voz femenina contenta y despreocupada que lo saluda. Él se pone rojo al ver a Sofía, su nueva dulce y muy atractiva compañera . Al momento en que se levanta para saludarla de beso, bota al piso la mitad de su lata sin tomar de Red Bull que tenía sobre el escritorio.
Había química y todos rumoreaban de un noviazgo entre entre ellos aunque no fuera cierto.

Bien dicen que en el país de ciegos, el tuerto es el rey. Esta era su prueba. Un don nadie, sin talento, gracia, atractivo o habilidades sociales era objeto de deseo de un grupo de mujeres y sujeto por el que 2 mujeres en carne y hueso se peleaban.

Michelle y Sofía, la nueva compañera, ahora se disputaban alguien que había sufrido casi la misma cantidad de rechazos como trofeos de PS3. Para él era algo nuevo, único e intrigante averiguar porqué se peleaban con él y mientras lo averiguaba, las dos competían por él con sobornos.
Por una parte estaba Michelle, más desinhibida y experimentada que le ofrecía sexo los días y las veces que él quisiera y por el otro lado, estaba Sofía, quien sus sobornos eran de comida y alcohol hasta que un día, después que ellas 2 viajaran a El Salvador por una convención donde casi se jalan el pelo y se matan, llegó decidida a hacerle una sutil pero sugestiva invitación a pasar una noche especial, sólo ellos 2.

Sabiendo por donde iba la invitación aceptó tímidamente.

- Siempre me ha dado risa como comes papitas fritas, ojalá yo fuera una papa frita... Para que me comieras
(se acerca y responde con una frase matadora)
- Yo sé que no eres una papa frita pero te puedo comer
(se besan intensamente)
- ¿Tienes condones?
(pregunta estúpida)
- Sí, ¿por qué?
- No, por nada. Mejor besame otra vez
(mientras agarra la mano de él para que sienta sus boobs por debajo de la blusa)
- Va
- ¿Cómo besás tan bien?
- Es que Michelle me enseñó
-  ¡¿QUÉ?!
(se aparta abruptamente, agarra su bolsa y se va enojada)

El lunes siguiente Sofía le cuenta a todo el mundo en la oficina lo que él y Michelle tenían. Michelle se entera, lo putea, dejan de tener sexo, vuelve a estar sólo, sin nadie peleándose por él y satisfaciéndose como lo hacía antes; con Youporm y Redtube.

Realmente no importaba, porque ahora tenía 76 nuevos juegos y casi una libra de marihuana para matar sus tardes, justo lo que él quería.







martes, 15 de noviembre de 2011

Nada-a-Adán, al derecho y al revés

 "nada a Adán" es un sencillo palíndromo, de esos que se le ocurren a uno mientras toma decisiones cruciales de la vida bajo el chorro de agua caliente en la regadera.
Lo pueden leer de atrás para adelante y de adelante para atrás y va a decir lo mismo y según mi lógica incoherente, tiene sentido.

El mundo está lleno de personas y esas personas, nosotros, estamos envueltos en creencias de todo tipo de color, sabor, personalidad y extrañeza que aceptamos por inercia, por fe, por conveniencia, por costumbre o por pereza mental.

La religión es el ejemplo más claro.
Por un lado tenemos los rematados que dejan todo en manos de Dios incluso en cuestiones que un mismo puede remediar. Es fácil identificar a estas personas porque dicen frases como: a ver que dice Dios; hay que pedirle mucho a Dios, dejemos todo en manos de Dios, etc... No está mal pedirle fuerzas y ayuda pero dejar en manos de Dios el resultado de un examen o la elección de un presidente es algo totalmente humano donde Dios puede o no jugar un papel secundario.

Por otra parte están los que la vida los decepcionó tanto, que ya no creen más en Dios. Comprensible si la vida no les ha dado otra cosa más que cachimbazos directo al alma sin razón alguna. En otros es puro berrinche de niño mimado que piensa que creer en Dios es muy "mainstream". En algunos cuantos es verdadero.

Por último está una masa de personas que son tan devotos como pecadores. Admirables por tratar de encontrar ese equilibrio. De esas personas que practican los 7 capitales de lunes a sábado y si no están de goma se limpian el alma en domingo.

Por algún tiempo decidí no creer en Dios, pero luego pensé que era estúpido. No por eso de que murió en la cruz y yo que sé que más cuentos más se han inventado, sino porque es un negocio.

Los que creen, están contentos creyendo y los que no están contentos creyéndose superiores por no creer, además, quien me diga que eso no es lucrativo estaría siendo más mentiroso que el personaje más mentiroso de (la mentirosa) Biblia. Jesús es el personaje histórico más famoso.
Igual, de llegar a  descubrir que Dios no existe, ¿cuántas personas no se frustarían más de lo que ya están? ¿Cuánto habría que re-estructurar para que esto funcione cómo se supone?

Todo para que al final, el mismo humano sienta la necesidad de creer en algo superior que él y terminemos creando un Dios para creer. Al derecho y al revés, es lo mismo: sin Dios o con Dios hay creyentes y no creyentes.

"Don't stop believing"



martes, 8 de noviembre de 2011

"Aftermath"

no dedicable, ni deseable:
There's too many people you used to know
They see you coming they see you go

They know your secrets and you know theirs
This town is crazy; nobody cares


Baby you're lost
Baby you're lost
Baby you're a lost cause
(Beck - Lost Cause)




Verla fue como que el tren del pasado me atropellara sobre las vías de mi recuerdos depresivos. Fue shoqueante.

Pudiera negar que las personas que dejan un chajazo  en lo más profundo de los sentimientos, se dejan de querer de la noche a la mañana pero estaría mintiendo. Es más, creo que si habitan en la mente, habitan en el corazón... Aunque suene Hollywoodense y cursi, firmemente lo creo. Al final, pese al chajazo, se les termina queriendo de forma involuntaria.

Aquellos tiempos fueron una montaña rusa de emociones: viví desde el sentimiento más alto de emoción, éxtasis y felicidad hasta giros temperamentalmente bruscos hacia la depresión y tristeza profunda. Al menos tenía la certeza de saber que mi miedo y la infelicidad iban de la mano cual pareja de 2 seres fucked-upeados por razones inquiribles.

Lo he dicho antes y lo repetiré hasta el día que no lo crea más, pero (mi pseudo-depresión, como todo en esta vida) pudo haber sido peor. Me dejó un extraño y exquisito gusto por lo psicodélico, lo diferente y las cosas 'junkies', quizás por el constante deseo de querer quemar ideas consumadas... También me dejó muchas memorias, canciones que marcan de por vida y cosas normales de esas situaciones.

Sin embargo, ese fue uno de mis tragos amargos y aunque dejó cosas relativamente buenas, jamás quisiera regresar a ese remolino depresivo. Realmente no vale la pena, pues es caro y aburrido y más porque el mundo, mejor dicho, los escasos 996 km2 que ofrece esta ciudad son suficientes para desplegar cientos de miles de experiencias positivas y negativas que residen en la cotidianidad.

Quizás haya escogido el camino del clase-mediero ciudadano ordinario con leves desvíos hacia lo extraño por la misma fascinación que siento por ello pues es mucho más fácil vivir como una persona ordinaria; cheleando, peleando en el tráfico, discutiendo verbalmente en la oficina, descansando en domingo, escribiendo "jajajaja" en cada comentario de Facebook, hablando por BBM, viendo una película mediocre en el cine, yendo a misas los domingos y todas las cosas que envuelve a esta ciudad, que vivir como un aspirante revolucionario o existencialista que se hunde en preguntas eternamente humanas.
Nadie, al menos yo -y un resto de resignados más-, no queremos pelear en contra de la corriente por ideales muertos, utópicos o invisibles por esta sociedad. Simplemente hay que ser y vivir; vivir día a día, sin dejar de sentir o ser auténtico a quienes queremos ser, creemos ser o creemos imitar.

Puede que esté me esté dando un ataque de típica sugestión donde crea que ella lo esté pasando peor de lo que creo, aún así, realmente quisiera que encontrase su camino sino de felicidad al menos de "contenticidad" y si puedo echar un cuerda para ayudar sin ser arrastrado hacia ese remolino depresivo, lo haría sin dudarlo 2 veces, después de todo, para que esté pensando lanzar una cuerda, no pudo haber sido tan malo.

["Aftermath":  El período subsiguiente a los disturbios; repercusiones o secuelas. (+)]

sábado, 5 de noviembre de 2011

Me da vasca

No me cansa repetir a Sartré, citándolo no textualmente con su frase de La Náusea donde dice que la existencia son formas vacías que se le agregan a las cosas desde afuera.

Sólo hemos tenido una existencia, sin embargo, nuestra existencia avanza y retrocede en una especie de círculo, mejor dicho, de espiral vicioso en donde constantemente nos acoplamos a realidades que nos tocan vivir de forma voluntaria o involuntariamente.

Nosotros somos esas formas vacías y nuestro contexto, todo, las amistades, las miserias, las alegrías, las enemistades, las autoridades, los edificios, las ideas, los carros, las nubes y una cantidad infinita  de cosas que abarrota este mundo, es la existencia, es nuestra existencia. No importa que tendamos a la incoherencia, a ser inconclusos, organizados u perfectos o cualquier otra cosa que estos años nos haya convertido; pues ese es el resumen de la existencia.

Uno de los valores más grandes que nos ha dado este sistema es La Libertad (imaginen a esta cual rótulo de
20th Century Fox) o al menos la idea de ella, sin embargo, Sartré tiene razón en cuanto a qué es la existencia y es así como la existencia colisiona frontalmente con Libertad y lateralmente con la realidad.

Nuestra libertad está limitada por nuestra existencia, pues realmente no somos libres de elegir nuestra existencia y por si fuera poco, la mínima libertad que gozamos no es la que buscamos sino la que tenemos.

Ahí es cuando Sarté cobra sentido con su náusea. Pero nosotros no somos ningunos existencialistas, más bien somos unos malos imitadores de protagonistas de TV, cine y libros que ahogan su libertad en alcohol y otros placeres meridianamente vacíos que no llegan a náusea sino se quedan en vasca por ser imitación, ya que (otra vez) esta no es la libertad que buscamos sino la que tenemos la cual está limitada por nuestra existencia y no dejará de ser así, hasta que nuestra existencia armonice con nosotros-formas-vacías para que la misma existencia en sí nos de la libertad que buscamos, no la que tenemos.