sábado, 19 de noviembre de 2011

En el país de ciegos el tuerto es el rey

Por azares del destino y cuello había llegado a una oficina donde era el único hombre entre 22 mujeres. Alguien más hubiera estado encantado y brincando de felicidad, pero a él no le emocionaba tanto, no porque no le gustaran las mujeres, sino porque lo que a él le importaba era dejar de mendigar dinero a sus padres para poder pre-ordenar y comprar juegos de Play (Station) y tener algo de dinero para comprar algo de afghani o una buena purple.

Amaba las mujeres que veía en Redtube y Youporn a pesar que sabía que eran actrices que les encantaba el sexo.
Nunca le faltó el dinero, de una u otra forma su billetera estaba asegurada por unos cuantos billetes de todos colores y un par de tarjetas plásticas para poder comer en cualquier restaurante de comida rápida que quisiera.

Definitivamente era alguien que se le notaba de ver lo 'raro'. Su gusto por el rock pesado, su decoración del escritorio con figuras de cómics y sus horas de almuerzo jugando WoW algunos días, asustaban a sus compañeras aunque al mismo tiempo, les atraía.
Quizás porque era diferente a todos los hombres que ellas llamaban patanes, como con los que habían tenido relación de algún tipo.

Había algo en él que lo hacía misterioso y atractivo para ellas.
Así fue como un día,  la Michelle, una de sus compañeras, se acercó a él durante la hora de almuerzo y le preguntó si tenía algo para llenar la bullet que tenía en el carro.

Con el tenedor a la altura de la boca, tartamudeó y preguntó "¿qué?"
Ella le sonrió mientras bajaba la vista y se pasaba el pelo atrás de la oreja, se acercó un poco y le preguntó en voz baja si tenía mota, marihuana, dui, como él quisiera llamarla.
El dijo no saber de lo que estaba hablando pero ella se rió fuertemente diciéndole que hasta su sudadero negro con rayas blancas olian a mota, y por si fuera poco, le hizo la oferta de fumarla en su apartamento si él quería. "No te preocupés, vivo sola" -dijo ella-
Inmediatamente después se levantó y se fue contoneándose cuscamente en ese apretado conjunto de falda y medias oficinezcas.

Aceptó su invitación y ese mismo día cambió su horario rutinario de "FAP", hierba y partidas multiplayer por 4 horas de sexo intenso, tosco y primerizo -para él-. Así pasaron meses y meses. Él seguía sin almorzar en su tiempo de almuerzo, sólo que ahora no era para jugar WoW sino para tener media hora de sexo a escondidas en el parqueo de un Centro Comercial cercano.

Un día, mientras él trabajaba en sus asuntos, oye una voz femenina contenta y despreocupada que lo saluda. Él se pone rojo al ver a Sofía, su nueva dulce y muy atractiva compañera . Al momento en que se levanta para saludarla de beso, bota al piso la mitad de su lata sin tomar de Red Bull que tenía sobre el escritorio.
Había química y todos rumoreaban de un noviazgo entre entre ellos aunque no fuera cierto.

Bien dicen que en el país de ciegos, el tuerto es el rey. Esta era su prueba. Un don nadie, sin talento, gracia, atractivo o habilidades sociales era objeto de deseo de un grupo de mujeres y sujeto por el que 2 mujeres en carne y hueso se peleaban.

Michelle y Sofía, la nueva compañera, ahora se disputaban alguien que había sufrido casi la misma cantidad de rechazos como trofeos de PS3. Para él era algo nuevo, único e intrigante averiguar porqué se peleaban con él y mientras lo averiguaba, las dos competían por él con sobornos.
Por una parte estaba Michelle, más desinhibida y experimentada que le ofrecía sexo los días y las veces que él quisiera y por el otro lado, estaba Sofía, quien sus sobornos eran de comida y alcohol hasta que un día, después que ellas 2 viajaran a El Salvador por una convención donde casi se jalan el pelo y se matan, llegó decidida a hacerle una sutil pero sugestiva invitación a pasar una noche especial, sólo ellos 2.

Sabiendo por donde iba la invitación aceptó tímidamente.

- Siempre me ha dado risa como comes papitas fritas, ojalá yo fuera una papa frita... Para que me comieras
(se acerca y responde con una frase matadora)
- Yo sé que no eres una papa frita pero te puedo comer
(se besan intensamente)
- ¿Tienes condones?
(pregunta estúpida)
- Sí, ¿por qué?
- No, por nada. Mejor besame otra vez
(mientras agarra la mano de él para que sienta sus boobs por debajo de la blusa)
- Va
- ¿Cómo besás tan bien?
- Es que Michelle me enseñó
-  ¡¿QUÉ?!
(se aparta abruptamente, agarra su bolsa y se va enojada)

El lunes siguiente Sofía le cuenta a todo el mundo en la oficina lo que él y Michelle tenían. Michelle se entera, lo putea, dejan de tener sexo, vuelve a estar sólo, sin nadie peleándose por él y satisfaciéndose como lo hacía antes; con Youporm y Redtube.

Realmente no importaba, porque ahora tenía 76 nuevos juegos y casi una libra de marihuana para matar sus tardes, justo lo que él quería.







3 comentarios:

  1. cool (impossible) story bro

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  2. pelaooooo fap fap fap hahaha XDDD q increible esta esto, ver mi comentario en el post anterior

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  3. Gracias a los 2 :)
    Y sí, no es real pero está inspirada en hechos reales

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