sábado, 20 de agosto de 2011

Que no hacer con los mocos en el tráfico


Era uno de esos días en que el tráfico por Novicentro, sobre El Periférico, estaba más pesado que el Black Metal y más denso que un líquido no newtoniano.

Hacía tanto calor que hasta el mismo Diablo se quejó del Calentamiento Global así que prendí el aire condicionado en lo más fuerte y en lo más frío. Al poco tiempo por reacción alérgica empecé a sentir que me salían mocos y por culpa del calor y del tráfico que no se movía ni una nano-pulgada, me dio pereza sacar las miles de servilletas con mocos que tenía por todo el carro, así que dejé que salieran.

Después me dio un poco de asco sentir todos los mocos pegajosos sobre mi bigotío ralo, entonces saqué la servilleta de re-uso, me soné y todo listo.

La verdadera 'situeishon' fue cuando sentí un moco que obstruía mi fosa nasal derecha y sin escrúpulos empecé a hurgarme mi nariz hasta lograr que una pelota verde limón saliera con una tira verde-blancuzca colgando de ella el cual me comí después de haber jugado un poco con esos moquitos tan deliciosos.
De esto no se enteró nadie, excepto un bus escolar lleno de 'señoritas' que vieron todo mi acto protocolar sobre como comer deliciosos mocos multiculturales de diferentes texturas, formas y colores en el tráfico del Periférico

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Dale, comentá sin pena