domingo, 19 de enero de 2014

Furia de carretera: ¡Mátenlos a todos!

mátenlos, mátenlos a todos

Me cansé de compartir los baches con transeuntes iletrados y conductores  frustrados. Arrastrando nuestras penas y nuestra furia en círculos periféricos,  yendo de un lugar que odiamos hacia otro que odiamos más.

Somos el reflejo del niño pobre haciendo malabares que ignoramos desde el otro lado de nuestro vidrio polarizado. Somos camionetas; la ira necia de los pobres resentidos ganando una miseria para sobrevivir día tras día, creyendo que no existen mejores oportunidades ni alternativas más que sufrir en un área marginal.

Somos motocicletas; esos fragmentos fugaces de pánico y paranoya en cada semáforo creados por el estereotipo que los medios difundieron. Somos el odio indiscriminado hacia todos y cada uno de ellos porque justos pagan por pecadores.

Vos estás loco. Estás quemado. Primero decís que te pegué con un palo después con un tubo. A mi no me vas a sacar ni un solo centavo porque vos queres dinero solo para comprar más droga. Ay Dios, mano, si yo sé como son los roqueros de pelo largo como vos. Vos estás loco, yo no te pegué. Ya dejá de hacerle perder tiempo al señor agente. Esos tubos son para cambiar llantas, nada que ver. 

Perdimos la etiqueta y la cordialidad cuando nos sentamos detrás del volante de un taxi blanco. No nos importa como llegar con tal de llegar, porque somos el sufrimiento del trabajo arduo y mal remunerado. La indiferencia por las historias de nuestros pasajeros y los nervios al borde por el arma del extorsionador.

Si me pasé un semáforo en rojo es mi problema. Yo venía peleando con una 101, pero eso a vos no te importa. Si sí, que me pongan multa, pero yo no te pegué ni nada.

No somos tan diferentes de los policías de tránsito que abusan de su pequeña cuota de poder desbordando prepotencia en la intersección entre una calle y una avenida de impaciencias.

Me cansé de ser el espectador ordinario que se sienta a ver como la justicia tan subjetiva como el uso de las pasarelas, los altos o las aceras. Aspiro ser como el 4X4 blindado del presidente. Intocable, el rey de la Jungla, el único ganador en una partida de un puñado de personas amargas y vengativas, engañadas y temerosas, iracundas y mediocres.

YO SOY LA CIUDAD: ¡MÁTENLOS A TODOS!




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