martes, 21 de julio de 2009

No es de vaqueros, pero es una clásica (o varias)

El tipo había salido a tomar como lo hacía todos los viernes y sábados. Alguien tradicional.
Iba al gimnasio para hacerle saber a la mara que tenía masa corporal, usaba ropa tradicional con marcas que fueron famosas por ahi de los finales de los 90's pero que nosotros aún las usamos como si fuera el útlimo grito de la moda. Opinaba que las drogas eran malas, pero amaba el efecto que le causaba la nicotina en los recesos de su trabajo mal pagado pero que le pagaban sus borracheras de las que poddría hablar por horas, semanas, meses presumiéndoseals a sus amigos y contándoselas a sus "mamigas" para verse el chavo mas buena onda y chingón.

Prendió su equipo de sonido con amplis y toda la casaca necesaria para que su hatchback europeo sonrara a toda madre con música electrónica de la más conocida; tenía doble propósito porque también era bueno para poner las rancheras en las gasolineras y compartir con sus cuates que si pueden lo dejan vendido en cualquier ocasión pero si no les queda de otra le hacen huevos "incondicionalmente"

Era un viernes normal, había salido de su casa como siempre lo hacía y se dirigía a la zona viva por un par de tragos con sus cuates y unas extranjeras amigas del primo de uno de sus cuates. Pasó toda la Roosevelt entre 80 y 12o km/h, llegó a la zona 10, se estacionó y se bajó. Caminó un par de cuadras cuando notó que alguien con chumpa se le acercó y le dijo "no voltiés hijueputa que te mato, dame tu celular y te vas por la otra calle." Tratándose de hacer el macho y pensando en la gran anécdota que tendría que contar decidió tratar de voltearse y 'volarle verga' como se le conoce pero se vio fracasado al sentir algo que parecía un cañon de un arma. En silencio le dio su celular tarjetero sin saldo que le había costado meses de trabajo.

Llegó a un bar de moda hoy en día que hace referencia a la pertenencia de una bebida que lleva una aceituna. Se encontró con su mara y las extranjeras y contó inmediatamente después de pedir una gallo fría su "mala-pata" del robo de su celular a lo que sus amigos hicieron bromas que luego alguien se encargó de mal-traducirlas a alemán haciéndolas perder la gracia no solo por la traducción sino por perder lo espontáneo de la broma. Nuestro personaje se quedó hablando con una de las extranjeras que estaban quedándose en la casa de unas amigas, o algo así, a quién importa de todos modos.
Él por ser ser un tradicional ejemplar latino y ella por ser un tradicional ejemplar europeo, ambos sintieron atracción el uno por el otro y entre trago y trago, bromas en inglés y lagunas de comunicación se fueron a un famoso motel de la Roosevelt que tiene un romántico corazón de neón en la pared.

Él por la ebriedad y la emoción sólo se dejó llevar y llegó auto-hotel pensando en la anécdota que tendría para contar y el "estátus" que le iba a dar eso: su segunda extranjera (la primera fue tica). Abrió la puerta de la habítación besando/agarrándosea con la extranjera de nombre difícil pero piernas fáciles. Pensó en tratar de imitar lo que había visto en las películas no pornográficas pero si en las que hay escenas de sexo. Ella dio una orden en alemán, que excitó mucho más al desafortunado personaje vícitma de un asalto, la repitió y él asintió hasta que la tercera vez que dio la orden él entendió... entedió porque la dijo en inglés. Lo que quería decir era que si tenía condones... él se revisó su playera como si fuera una camisa con bolsa en el tórax del mismo lado del corazón, de esas mismas que se usan para trabajar y en teoría poner lapiceros y cosas así, luego sus pantalones por adelante y atrás. Abrió la gaveta y no encontó nada tampoco.

Discutieron un rato y salieron al poco tiempo, ya había pasado la calentura y ella notó que era muy tarde y que tenía que regresar a la casa donde estaba durmiendo, en carretera a El Salvador pasado Fraijanes, cerquita de donde estaban.

Él iba, lo que diríamos emputado, como la gran puta. Llegó al destino donde la extranjera tenía que ir y antes de irse él trató de decir unas halagadoras palabras para que le diera su beso de despedida y talvez sexo oral pero no logró nada más que un mal pronunciado "gracias, mucho gusto conocerte"
Se fue y en el carro empezó a buscar todas las fichas de un quetzal que le daba a los que limpiaban vidrios en la zona 9 y 'wiros' de la calle. Encontró un teléfono público en una farmacia y llamó a su cuate que nunca le falla para ver si salían un par de 'waros' calma penas, le tenía que contar.

Carretera abajo cunado de repente las luces de un Hilux se acercaban y le indicaban que se hiciera a la orilla. Los policías se bajaron de su pick-up y le pidieron su licencia y los papeles del carro y lo obligaron a que se bajara del carro pues tenían que revisarlo y para desgracia del personaje que no había cogido con la extranjera, los policías encontraron una botella de un fino alcohol que parecía talla de ropa, XL, ya a medias justo en el sillón del copiloto. Los policías decidieron hacerle la prueba de alcohol a lo que resultó positivo en alcohol pero negaribo para su persona; no quedaba más que una jugosa mordida, en la billetera sólo habían 150 quetzales y 10 dólares que le había regalado su tía por algo que ni se recordaba. Negoció con los policías que lo dejaran ir al cajero más cercano para completar la demanda, a uno que estaba en una Shell cerca de un predio que parece lavado de dinero, esa que está justo en una curva. Aceptaron y se fueron detrás de él, se sorprendieron que no tuviera teléfono por lo que les pareció que la mordida debía ser mayor.

La Shell era la misma que mencionan en los correos, la misma donde dicen que asaltan y todo eso, los policías se quedaron un poco atrás pero siempre viendo como se movía todo. Él se dio cuenta que no podía usar el cajero de ese lugar, no había cajero para él, mala sorpresa y por si fuera poco -ya casi creyendo que es mentira, un sueño, una broma muy bien elaborada, una mala jugada del karma, una anécdota increíble o algo que contara alguien bieen pajero- se le acercó un muchacho con ropa fina y arma nueva, (escondida, claro) le dijo que le entregara su celular y su dinero (no se llevaba el carro porque la tira estaba a la vista), él le dijo que no tenía celular porque se lo habían 'webiado'. El ladrón escétptico le dijo que actuaran como amigos, le pegó en la cabeza y luego le pasó el brazó por detrás de la cabeza como en señal de camaradería y le dijo que le diera el dinero que tenía o que lo dejaba tirado ahi medio muerto, así que el pobre personaje que podía ser detenido por la policía entregó sus 150 quetzales que le sobraban y leugo regresó con los policías y les pidió que porfavor le dejasen ir a la Esso de Vista Hermosa, la que sí tiene cajero. Aceptaron otra vez pero aumentaron la cantidad por ser una molestía, ya iba por los 800 la suma. Que mordida tan fuerte y estúpida como todas las desaventuras del personaje.

Lelgó al cajero y retiró 800 quetzales de su cuenta y revisó 2 veces que su saldo era de 22.40 hizo cuentas rápidamente y se dio cuenta que entre la entrada al bar, el motel, la botella, lo robado y lo mordido eran correctas las cuentas. Entregó a los policías el dinero y respiró aliviado de haber salido de ese problema. Se fue tranquilamente a casa de su amigo que vivía solo, bueno casi tranquilamente porque su hatchback 2.0 ya estaba en reserva justo a un poco más de la mitad del camino, ya era tan tarde que sólo se miraban a otros pobres diablos y taxistas desubicados-solitarios. Pasó a otra gasolinera y con el dolor de su billetera le puso 20 quetzales, que al tanque no le hizo ni cosquillas. Llegó donde su amigo que se levantó desorientado y le preguntó "que putas", se sentaron, se entonaron, hablaron, chillaron y llevaron la botella de ron más otra de vodka sueco a todos los estados que el alcohol como droga puede causar. Se despidió y le pidió prestado dinero para ponerle más gasolina para llegar a su casa, tenía que regresar a su casa porque tenía que hacer un mandado el día siguiente, bueno, ese mismo día pero más tarde con su primo que iba a llegar a la casa.

Se fue ebrio, pasó a otra gasolinera y puso su playlist de su iPod con las mimsas canciones de siempre, la playlist que decía 'Psycho and Electronik'. Regresó a exceso de velocidad, esquivando los pocos carros que habían, forzando el motor, borrando las memorias del día, desconcentrado, creyedndo que talvez debía cambiar su forma de vivir, preguntándose que hacían las otras personas, esa mara que le parecía bien "weba", 150 km/h entre el carril izquierdo y el siguiente, carro atravesándose, 150 km/h, reacción tardada, adrenalina soltándose por todo el cuerpo, momento de claridad, freno y clutch juntos, timón esquivando... Pantalla negra... Memoria olvidada.
Nuestro pobre personaje robado, no-cogido, estafado, ebrio e intrascendental terminó en el hospital por suerte con heridas relativamente ligeras para la magnitud de la colisión entre él y un 4X4 americano y el árbol con el que se estrelló inmediatamente después.

Se recuperó con la ayuda de su familia y la del placebo Iglesia para volver a empezar de nuevo unos meses después con: otro trabajo, un sedan japonés, "piernas-fáciles" nacionales, condones siempre disponibles en su guantera, un celular que no era touch-screen, tomando solo Johnie Walker y una tarjeta de crédito que la mamá le había dado para emergencias.

¿qué aprendimos de esto? No hay que subir a una extranjera a un carro que sea del mimso origen, puede incrementar la mala suerte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Dale, comentá sin pena