miércoles, 16 de septiembre de 2015

¡Pero como varón, pues! (I)

Es el final de una fiesta en un pueblo perdido de Jutiapa, Jalapa o uno de esos lugares donde todos usan sombreros, armas y picopones.

Hay disco en vivo y el DJ se luce con los éxitos de K-Paz de La Sierra. 
¡Pero te vas a arrepentir! corean los sobrevivientes más gallos que aún están bailando en la pista con sus mujeres de botas. Todos van de izquierda a derecha en pequeños pasitos, probablemente por obra y gracia del pericazo.

Yo tengo un sombrero, pero eso no engaña a nadie. Ni a los locales ni a mis conocidos que lo toman como un chiste, como el capricho del niño capitalino que quiere una vida 'de rancho' porque vio demasiadas novelas colombianas.

Un joven en sus veintitantos con jeans, camisa de cuadros y botitas pequeñas (casi graciosas) se me acerca a donde estaba sentado. Lo vi venir desde el centro de la pista, cubierto por líneas de luces laser verdes y rojas y lunares de luz morados.

- Papito, ¿Y usted qué putas, es hombre o mujer?

Estando en la ciudad lo hubiera ignorado, intentado trollear o abordad con una actitud sarcástica digna de odiarme por imbécil... O estimarme por ingenioso, pero estando en una tierra de pasivos disfrazados de vaqueros no me quedo más que responder con toda honestidad y una pizca de humor blando para minimizar las probabilidades de salir vergueado... O lastimado.

- Pues, soy hombre según mi DPI jaja —me reí nerviosamente, agarrando fuertemente con mis 2 manos el vasito de ron con Pepsi que estaba calentando—
- Le pregunto por el pelo, sino la sacaba a bailar, compa —el se rió en alto inclinado hacia mi, ya borracho, sentí el hálito de energía que trae el alchohol consigo. Retomó compostura, tambaleándose y sosteniendo el sombrero para que no se le cayera, nos hicimos falsos amigos— Salud compa, usted sabe que es chingadera — Brindé, como si no tuviera otra opción.

Las mínimas palabras intercambiadas fueron suficientes para que -el- me levantara de la silla, me agarrara por el cuello (en símbolo de camaradería) y que al aire. brindara por mi y por los rockeros que son bien cerotes dos veces más.

No era la primera vez que me pasaba. Es la cruz de durport que tengo que cargar y no me pesa pero es molesto tener que estar justificando mi sexualidad o mis gustos musicales.


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