martes, 26 de febrero de 2013

Pop culchur

"Popular culture is the entirety of ideas, perspectives, attitudes, memes, images, and other phenomena that are within the mainstream of a given culture, especially Western culture of the early to mid 20th century and the emerging global mainstream of the late 20th and early 21st century. Heavily influenced by mass media, this collection of ideas permeates the everyday lives of the society."

Tomado del mismísimo Wikipedia, perdón, Uikipiria como dice Kevin, mi parce casi bachiller en computación que sabe toda esas vainas de compus, Macs y que dice que es mierda está bien moronga para sacar las tareas del instituto. El maje ha hecho sus varas en el Col Senter, lo bueno del brother es que no es chinche, ayuda en su casa pero a la vez cuando la tiene que montar, la monta, esa es la que hay, ya sabés, el que pone el live y los churrascones, mis amores, la chorcha ¡JM!


Kevin es más popular que visita al famoso motel de la Roosevelt; más popular que la dubi en concierto de alguna banducha metalera que no dio bola en su país; más popular que levantarse de la silla plástica para dar instrucciones detrás del TV a un equipo de fút europeo; más popular que las madres durmiendo afuera del IGGS y mucho más popular que el almuerzo oficienzco recalentado a puro microondazos. 


Kevin es la mera verga y yo soy su parce. Hasta la fecha no tengo la puta idea qué significa parce, sólo sé que ser su parce es bueno. Al decir verdad, hasta la fecha dice expresiones que no tengo ni idea qué demonios quiere decir con eso. Su ortografía es pésima y su acento en inglés es tan retorcido que a veces creo que lo único que está diciendo es "wachur wahchur wa". Pela el riel —ojalá esté usando bien esta expresión— con Kevin la hemos montado. Yo pongo el carro y la gasofa, aquel pone los culitos y el parqueo y entre los 2 siempre salimos con un par de nalgas, cada quien paga lo que se toma. Quien pone los cigarros tiene el derecho tácito de arrimarle a la que más buena esté. 

Es extraño, Daniel, aquel mi cuate del colegio que vivía en lo mejorcito de la zona 14, tenía una sho-casa en 
el puerto, helicóptero, guardespaldas y cuánto carro blindado pudiera imaginar, jamás hubiera aceptado que yo fuera amigo de alguien tan corriente como Kevin. No hubiera puesto reparos en aquel entonces para mandar a la mierda a Kevin, después de todo, para un niño chubby pre adolescente con problemas de adaptación como yo, tener un amigo (con o sin dinero) que me invitara a su casa y no fuera una mierda conmigo era algo para atesorarlo.

No sé si pueda decir lo mismo de mis otros amigos o conocidos que pueden regocigarse en las mieles de la riqueza acumulada por las buenas estrategias características de aquellos neo-ricos que cortaron los campos de Vista Hermosa y Carretera a El Salvador para sembrar un futuro mejor. No me quejo, no me tratan mal, pero al final todas las conversaciones terminan yendo por flujos superficiales en temas tecnológicos, financieros, artísticos y culinarios exclusivos para una pequeña porción de esta ciudad, no digamos de este país. De corazón, valoro nutrirme en temas en los que no tengo —ni quiero tener— la más puta idea de qué son, porque al final termino aburriéndome, por más que hayan tragos caros, mujeres hermosas de ojos azules, ropas finas y perfumes sutiles que te aflojen las partículas. Al final, todo termina en una obra mal montada por artistas que se limitan a discutir eventos, personas e ideas trilladas. Ideas mal acopladas, mal copiadas y mal interpretadas.


Yo no crecí en la marginalidad suburbana. Nunca fui un niño problema ni un niño popular. Definitivamente tampoco nací en la opulencia de una burbuja, ni el soliloquio pseudo-empresarial clasista atestado por clase medieros aspirantes a la base de la cúpula. 


Luego me veo parado frente a una bifurcación, en un punto de origen. Con opción de tomar la pastilla azul o la pastilla roja. He recorrido los 2 caminos, me he tomado las 2 pastillas y he vuelto al punto de origen para volver a decidir que camino y que pastilla tomar según mis ánimos y mis anojos: ¿Quiero navegar por la popularidad casi marginal o quiero hundirme en la opulencia aburbujada?


Al final, todo viene siendo lo que es la cultura popular o a la "pop culture" como dicen mis libros de Marketing. La cagada está en que gracias al Internet, todo termina siendo popular (vaa vos) y al final la cultura, NUESTRA CULTURA, termina siendo un bonito recordatorio al orgurllo nacional cada vez que vemos a un deportista representando nuestro país o cada vez que algún actor que gana unas 17 veces más que la secretaria ejecutiva de la empresa de mi papi, esporádicamente nos menciona en una serie o película Hollywoodense.

Nuestra cultura está debajo de las camisolas del fútbol español, el fútbol americano por cable, las telenovelas colombianas, las publicaciones en inglés en Facebook, los mensajes anglo-hipsters de Instagram, los rasta reggae jamaiquino pro marihuana, los "free thinkers" corporativos, los reggaetoneros Puelto Lico estail, los autónomos y tricentenarios "cubanos" pro revolucionarios dispuestos a dar nada para recibir todo, las chicas pin-up, los músicos imitadores y toda la espesa horda de veinte añeros que no han podido comprar una buena oferta de "orgullo nacional". Debajo y detrás de todo eso, está nuestra cultura, la que espera ser aprovechada y valorada como se debe por quienes heredamos una patria de sangre y oportunidades. Oportunidades de cambio. 


Era sábado. Ninguno de mis aleros tenía planes. Lo sabía porque les había hablado unas horas antes. Tenía ganas de salir de mi casa, ir por unas cervezas, estrenar la cajetilla y conocer personas nuevas si era posible. El dinero no era problema, había caído quincena ese día, estaba listo, sólo me hacía falta decidir si llamar a migente en Villa Nueva o a mi conocido de zona 15. Los primeros me ofrecíam la misma buena chingadera de siempre y el segundo me ofrecía una chingadera sofisticada en uno de los nuevos bares de Cayalá, todo pagado.


Nos quedamos huérfanos de cultura, nada podemos hacer
más que fumar y beber
fornicar como deber

En el Limón
o Vista Hermosa
chigar es la cosa

especatores para ver
individuos para ser
sociedad para ir
vivir
y hacer poemas mediocres 







2 comentarios:

  1. el pequeño mundo de speedy esta muy interesante, como escribis de genial dude

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  2. Vos Speedy si andás en nada. ¡Esto está genial!

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