jueves, 26 de mayo de 2011

Que grande la tenes

"mirá la mía, es más grande, aunque un poco más delgada. Ah, pero vieras, le sacó el jugo"

La sala de reuniones estaba más ardiente que el sol. TODOS querían participar, desinhibirse y mostrar el tamaño de la suya.

El ingeniero Godínez fue el primero en sacarla. Era de un color mero extraño, gruesa y aunque un poco vieja -quizás no tanto como él- cumplía todas las exigencias, la usaba poco. Era más notoria por su grosor que por su largo, aunque 14 pulgadas no estaba nada mal.

Raúl era un joven eléctrico de tez blanca con de corte de cabello corto y alocado. La suya era blanca, blanca, más blanca imposible. Era refinada y elegante. Confesó que le encantaba sacarla cuando y donde podía para jugar un poco con ella, le dio pena porque sentía adicción a eso. Se le notaba experiencia en el tema a pesar que era un poco torpe.

A lo lejos un tercero los miro con poco cuidado y sin pensarlo 2 veces se la sacó de donde la tenía tan bien guardada. 17 pulgadas, muy bien cuidada. La usaba y limpiaba todos los días. Era larga y lo suficientemente gruesa. Lo más llamativo era ese color negro con una textura única, lisa completamente.

Claudia no pudo evitar ver todo el alboroto que tenían por lo que cargaban y sin pensarlo mucho, les mostró la suya. Con delicadeza la exhibió. Olía rico, ella olía rico, sus cosas olían rico. Una cosa chiquita, rosadita, impecable. Sabía para que era, no era una niña, pero la usaba poco por miedo a 'estropearla'.

Cada vez más personas oían y llegaban a ver cual era el escándalo.
"vos mejor no digás nada porque te la pasás tocando todo el día, sólo para eso sirve la tuya"

Mientras tanto yo triste miraba y ocultaba mi pequeña y amarilla cosa. Lo único que tenía de bueno era: "los post-its son mejores que las laptops en las reuniones, no causan conflictos :) "


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