sábado, 15 de octubre de 2011

¿Y qué si no quiero?

Las expectativas de las viejas generaciones son demasiado altas en las nuevas generaciones. En parte tienen razón, después de todo, las generaciones anteriores tienen grandes logros como el viaje a la luna, la construcción del Teatro Nacional, las tiendes especializadas de café, bandas fuera de este mundo como Pink Floyd, Tool, Beck, Bohemia Suburbana o Sonic Youth por decir algunos; grandes pilotos como Airton Cena o  comidas extraordinarias como la Nutella.

Mientras que nosotros tenemos Jersey Shore, "Johny La Gente Está Muy Loca", BBs y una que otra cosa buena rescatable, digo, al menos estadísticamente estamos mejor que hace 40 años.

Claro que hay escorias. Claro que hay personas increíbles y no cabe la menor duda que habemos personas que sobramos. No somos tan basuras para ser decepcionantes ni tan buenos para tener nuestro artículo en Wikipedia. Andadores en nada.

Las expectativas es que seamos grandes personas, con trabajos estables y familias felices. Que nos fajemos el culo y nos esforzemos hasta la última gota, hasta el último día para vivir dignamente y no está para nada mal, después de todo, nos encanta nuestro estilo de vida aunque no sea el óptimo.

La cuestión está en ¿Qué si no quiero ser una gran persona? ¿Qué tal si ser un profesional que goza de meridiano éxito y fama no es lo mío? ¿Qué tal si mi auto realización está en NO ser lo que esperan que sea?
¿Qué si no quiero esforzarme por ser un distinguido ciudadano? ¿Qué tal si simplemente no quiero ser ni mediocre ni el mejor? ¿Qué si no quiero esforzarme?

Muchos me llamarán acomodado, mediocre. Me dirán que por eso el país está como está y sin duda tienen parcialmente razón, sin embargo, si eso me dará paz mental y tranquilidad de alma, sin pensarlo 2 veces lo compro.

Simplemente no quier ser el cambio ni el estorbo, sólo ser.

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