viernes, 17 de diciembre de 2010

"io tanviem pued0 halegar"




Si de algo nos caracterizamos los chapines es de quejarnos por todo. Nos quejamos del clima, del presidente, del trabajo, del dinero, del equipo de fút y de cualquier cosa que se nos ocurra.

Tiene lógica si lo vemos como que todo lo malo es más fácil de ver que lo bueno. Seguramente, si contara abiertamente -en Prensa Libre, por decir algo- todo lo bueno que el actual gobierno ha hecho, tuviera media Guatemala sacándome la madre, diciéndome ya no de 'que me voy a morir' sino hasta de que me van a matar, así funcionan las cosas hoy en día y porque hablar pajas, hasta yo lo he apoyado en algún momento.

Antes pensaba que estaba mal quejarse y alegar sin plantear soluciones, de hecho, lo sigo creyendo pero ahora le veo el lado de la "libertad de expresión" en donde, quien quiera quejarse pues que lo haga.

Lo que es realmente detestable, es ver alegar a las personas con sentido de superioridad, en temas que desconocen y debatiendo con personas que dominan el tema, sólo por pura convicción personal basada en "chismes" e ideas a medias.

Así que concluí que hasta para alegar hay que 'aportar' algo a la causa:
1) si vamos a alegar, lo óptimo es proponer alternativas viables
2) si no tenemos soluciones a nuestras quejas, por lo menos hay que investigar sobre que nos estamos quejando y porque lo estamos haciendo
3) pero si en serio tenemos la gana de alegar y quejarnos, diciéndole a las demás personas "mula, indio, cholero" o cualquier cosa despectiva, por lo menos no evidenciemos que los mulas somos nosotros; escribiendo con serios errores de ortografía o hablando como niño de 3 años o peor aún, quejarnos por cosas tan intrascendentales que ni valen la pena gastar tanta energía en ellas.

Lo mejor en esos casos es quedarse callado, o ¿esperaban unas papas fritas con la orden?

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