miércoles, 1 de diciembre de 2010

Al fin diciembre (I)

Diciembre es el fin de semana del año. A estas alturas ya no queremos saber nada del trabajo, el colegio o la U.

Alejandro es recordado en su casa por el entusiasmo con el que le gustaba celebrar Navidad. Para el márquetin era un "target" perfecto porque podían lavarle el cerebrito desde septiembre y hacerle creer que estaba bien que fuera le única época del año que le preocupara hacer obras buenas. Ya veían a Alejandro portándose de maravilla, haciendo el oficio de la casa junto la empleada doméstica, tratándose de comer todo el cocido del lunes y jugar sin pelearse.

El aire era diferente, las luces eran más brillantes y el radio más entretenido. Cuando murió su abuelo, la Navidad dejó de ser alegre y divertida; aunque Alejandrito entendía que no era algo para celebrar nunca entendió porque la Navidad ya no podía ser la misma.

Sus primos y hermanos crecieron, yéndose a hacer su propia vida como profesionales exitosos/frustrados, no celebraban más la Navidad en esa casa. Alejandro también creció y se dio cuenta que el verdadero sentido de la Navidad estaba en topar las tarjetas de crédito para agradar a su novia, su familia y él mismo con la excusa que era sólo una vez al año para preocuparse por escaso dinero que tenía, igual, siempre estaba enero para reponerse.

Ahora Alejandro detesta diciembre con todo esa felicidad fingida, el gasto innecesario de los "skyfire" porque literalmente se quema el dinero, tener que comer pavo por 2 semanas seguidas y las reuniones familiares donde todos cuentan las maravillas de cada uno pero piensa que en algún lado, hay un Alejandrito que espera no desilusionarse con la Navidad.


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